El pasado día 20 de Marzo Francisco S. López Romito, socio de ASYPS impartió una conferencia en el Ateneo de Madrid con el título de “En defensa del estado del bienestar”.

Para López Romito, el Estado del Bienestar es el resultado de un largo proceso, de cuatro siglos, que comienza con la preocupación de la ilustración por la situación real de hombres y mujeres en el contexto social que les toca vivir.

En consecuencia, la lucha política y la gestión gubernamental prestan atención a los problemas sociales y se tiende a incorporar recursos, políticas y herramientas para atemperar graves padecimientos de los sectores más vulnerables de la sociedad.

De esa primera aproximación, se pasa al establecimiento de áreas sociales , como educación, salud. pensiones, etc., como grandes servicios públicos de carácter universal. Dando cuerpo, así, del llamado Estado del Bienestar.

El Estado del Bienestar ha ido entrando en contradicción con los intereses del capitalismo, a tal punto que puede afirmarse que es el más importante oponente de aquel.

La opinión del conferenciante es que el Estado del Bienestar, superando la actual limitación a su papel redistribuidor de renta, debe considerarse desde una estrategia de transformación del Estado burgués en el sentido de una sociedad con claro predominio de relaciones económicas de carácter social y gestión comunitaria.

Esto comporta la necesidad de lograr avanzar con un amplio apoyo y activo protagonismo social, en espacios socio-económicos y políticos de envergadura, por ejemplo: la Unión Europea. El desarrollo de las políticas

Por lo tanto, López Romito expuso, con detalle, la conveniencia de incorporar, por un lado, la definición, ámbitos e instrumentos del Estado del Bienestar en los ordenamientos constitucionales de los Estados comunitarios y de la propia UE y, por otra parte, inscribir el. diseño y la ejecución de las correspondientes políticas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los ODS pueden facilitar la consolidación y sostenibilidad del Estado del Bienestar , a nivel europeo, arrastrando con ello las diferentes experiencias nacionales. Los ODS deberán pasar de la voluntariedad hacia la obligatoriedad si se quiere, de verdad, lograr los objetivos perseguidos.