Eurostat ha publicado la edición 2025 de su informe de seguimiento sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la Unión Europea. Esta evaluación anual es una herramienta clave para medir cómo están evolucionando los países de la UE hacia la Agenda 2030. El balance de este año ofrece una imagen mixta: se consolidan avances en empleo, educación e igualdad, pero persisten —e incluso se agravan— desafíos ambientales que amenazan con frenar el progreso general.
Empleo, igualdad y cohesión social: señales positivas
Uno de los aspectos más destacados del informe es el avance del ODS 8, centrado en el trabajo decente y el crecimiento económico. La tasa de empleo ha alcanzado un récord histórico del 74,6 % en la UE, y el desempleo de larga duración ha disminuido considerablemente. También se observa una evolución positiva en los indicadores vinculados al ODS 1 (fin de la pobreza) y al ODS 5 (igualdad de género), con mejoras en el acceso a vivienda, menor brecha salarial entre hombres y mujeres, y una mayor participación femenina en puestos de responsabilidad.
Otros ODS que presentan avances sostenidos son el ODS 4 (educación de calidad), con un crecimiento continuo en el nivel educativo de la población joven, y el ODS 10 (reducción de desigualdades), gracias a una leve reducción de las diferencias de renta entre regiones y colectivos. Asimismo, el ODS 16 (paz, justicia e instituciones sólidas) mejora en aspectos como la percepción de seguridad ciudadana o la confianza en las instituciones públicas.
Medio ambiente: la gran asignatura pendiente
Pese al buen rendimiento en los indicadores sociales y económicos, el informe advierte de retrocesos importantes en cuestiones medioambientales. El ODS 6 (agua limpia y saneamiento) muestra señales de deterioro debido al aumento del estrés hídrico en varias regiones del sur de Europa. También preocupa el ODS 15 (vida de ecosistemas terrestres), con indicadores que alertan sobre la pérdida de biodiversidad, la deforestación y la degradación del suelo.
En cuanto al ODS 14 (vida submarina), el informe señala una situación de estancamiento. Aunque se han incrementado ligeramente las áreas marinas protegidas, los avances son todavía muy lentos, y no se detectan mejoras claras en la salud de los ecosistemas oceánicos. Por su parte, el uso de energías renovables ha crecido un 5 % en los últimos cinco años, alcanzando el 25 % del consumo bruto de energía, pero aún se encuentra lejos del objetivo del 42,5 % que la UE se ha fijado para 2030.
Una mirada más allá de las fronteras
El informe de Eurostat incorpora también una visión más amplia, evaluando el impacto de las políticas y hábitos de consumo europeos sobre otras regiones del mundo, lo que se conoce como “efectos indirectos” o spillovers. Además, presta atención a las desigualdades internas dentro de los Estados miembros, poniendo el foco en territorios con menor progreso o necesidades específicas.
Este enfoque más integral permite no solo medir el desempeño individual de los países, sino también identificar dinámicas ocultas y ofrecer recomendaciones más realistas y eficaces.
En conjunto, el panorama que ofrece el informe 2025 es el de una Europa que sigue avanzando, pero que necesita redoblar esfuerzos, especialmente en materia ambiental. La mejora en bienestar social no es suficiente si no va acompañada de una transición ecológica más rápida, justa y estructural.
Con apenas cinco años por delante para alcanzar los ODS, este informe vuelve a recordarnos que el desarrollo sostenible no es una opción, sino una necesidad urgente. La aplicación efectiva del Pacto Verde Europeo y la coherencia de políticas entre niveles de gobierno serán claves para mantener el rumbo y cumplir con los compromisos adquiridos.
Puedes consultar y descargar el
Informe completo.